Pinceladas de Asturias

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Unos aprendices que peinan canas

Promoción 1961-1965aprendices trubia_1diciembre2017Los integrantes de la Promoción de Aprendices 1961-1965, de la Fábrica de Armas de Trubia, celebraron hoy, 1 de diciembre, su reunión anual.

 

Los antiguos #aprendices acompañados por sus esposas y las viudas de los fallecidos, asistieron a una misa a las 13:00h., en la iglesia de Santa María en #Trubiaen recuerdo de los compañeros que ya no están y a continuación realizaban una comida en el Restaurante Casa Chema (La Arquera-Oviedo). En esta ocasión María Elena, viuda de Jesús Antonio Suárez, último de los fallecidos, acudía con sus hijos a la misa.   

Han pasado ya cincuenta y dos años desde que finalizaron su formación como aprendices en la Fábrica de Trubia, pero José Manuel Fdez Martínez (organizador del evento) y el resto de sus compañeros, no pierden el contacto.

Ya quedan menos, nueve de los alumnos de la promoción han fallecido. Dos este año: José Antonio García Álvarez y Jesús Antonio Suárez García, que se unen a los fallecidos en años anteriores: José Luis Glez Suárez, José Manuel Llaneza, José María Aza Duque, Urbano Álvarez Fernández, Tino Iglesias Álvarez, José Antonio Huerta Álvarez y Ángel Sánchez Suárez. El resto de los compañeros insisten en mantener la tradición de reunirse, una vez al año, para rememorar viejos tiempos. A su lado, sus mujeres y las viudas de los fallecidos que también acuden a la celebración.

Estos aprendices, que hoy peinan canas, recuerdan que si por algo destacaba la escuela de aprendices de Trubia era por su plan de estudios, que combinaba casi al cincuenta por ciento la formación teórica con la práctica. Los alumnos adquirían un profundo conocimiento de su especialidad, de modo que, una vez obtenida la titulación, ya con el rango de oficiales, estaban en condiciones de incorporarse a la plantilla de la industria metalúrgica o la siderúrgica y también de cursar estudios de especialización militar en diversos campos. Es así como Trubia inundó de militares y oficiales, muy competentes, además de a la propia Fábrica de Armas, a otras empresas asturianas como Ensidesa, Fábrica de Mieres, Uninsa, Duro Felguera y tantas otras en otros puntos de España.

En la comida de este año, esta promoción no podrá dejar de hablar de la situación actual de la factoría. Corren malos tiempos para la que un día fue su casa. Porque hubo un tiempo, cada vez más lejano, en el que los chavales decidían su futuro a los 14 años. Con esa edad ingresaban en la Escuela de Aprendices de la Fábrica de Armas de Trubia, donde se formaban durante cuatro años para desarrollar su trayectoria profesional en la industria armamentística. Una escuela fundada en 1850, que presumía de ser la primera en España, y probablemente también la primera en Europa (aunque haya que discutirlo con la ciudad de Lieja).

Es momento de mirar al pasado para pensar en el futuro y reivindicar, como revulsivo para salir de la crisis, la figura del aprendiz. El mismo modelo que España ha decidido importar de Alemania (la FP dual) y del que Asturias sabe mucho.